En el año 2004 decidí romper con la vida que llevaba hasta el momento. Tenía 25 años, un trabajo a tiempo parcial bien remunerado, tiempo para compaginarlo con estudios (era el segundo año que intentaba asistir a primero de informática), y lo que sentía es que cada vez la mochila que portaba día a día iba creciendo. No me había dado cuenta hasta entonces, pero las expectativas que me rodeaban, no representaban ningún atractivo.
Mi trabajo consistía en traducir y normalizar características técnicas de bienes de consumo electrónicos, en inglés, alemán y español, y aunque todos los días aprendía muchas cosas, tras dos años dedicado a esa labor, había comenzaro a ser crítico con ella, y darme cuenta de que, si bien ayudábamos a una mejor elección de productos de esta sociedad capitalista, seguía trabajado para ella, generando deseos, necesidades y esclavitud.
Así que pasé por una época un tanto oscura, mucha vida social, mucha noche, con la noche vino el placer, y para el placer las sustancias psicotrópicas. Si bien el alcohol pudiera ser algo cotidiano, comenzó a ser cotidiano el cannabis, ocasionalmente pscilobites y otras drogas de diseño, que en principio, sólo postergaban darle respuesta a la gran pregunta: ¿qué iba a hacer con mi vida?
Así que pasé por una época un tanto oscura, mucha vida social, mucha noche, con la noche vino el placer, y para el placer las sustancias psicotrópicas … que en principio, sólo postergaban darle respuesta a la gran pregunta: ¿qué iba a hacer con mi vida?
Tras varias experiencias con jovenes mayoritariamente Erasmus, y las distintas opciones que se planteaban, decidí emprenderme en la aventura del WWOOF. El WWOOF es un sistema de trueque de trabajo contra casa y comida en establecimientos agrícolas ecológicos, o en permacultura, con la premisa básica del respeto por la naturaleza.
La producción de bienes de consumo se encarga de destrozar el planeta y las relaciones entre las personas, así que me decidí a poner el peso de mi persona en el lado opuesto de la balanza, o a intentarlo, así que el tres de mayo de ese año, tras tres meses de procrastinación, llegué en barco al puerto de Santa Cruz de La Palma.
.
La Palma parecía de otro planeta. Tuve la agradable coincidencia, de que en esa fecha se celebraba el Día de la Cruz, y las peregrinaciones recorrían las cruces engalanadas durante la noche con las joyas de las familias de cada barrio.
.
Tenía decidido dedicarme a cooperar con alguien, pero aún no había conseguido un contacto, y si bien quería seguir las líneas de la asociación WWOOF, no estimaba correcto tener que pagar por acceder a los contactos de las personas que ofrecían este tipo de experiencias. Una compañera francesa había conseguido una plaza en una escuelita en el municipio de Mazo, así que en mi búsqueda de un recurso, llegué hasta el municipio de Tijarafe, a casa de una familia de artesanas de la lana, que posteriormente se llamó Lilylana.
.
Con Katja pude colaborar preparando la lana que recogía de distintos ganaderos ovinos de La Palma, e incluso en ocasiones, de la isla de El Hierro y Gran Canaria.
Inicialmente toda esta lana debe ser lavada. Para ello, usa unos grandes baldes de agua, con jabón de marsella, por los que va pasando la lana. Primero eliminando los restos vegetales y orgánicos de grandes dimensiones, para poco a poco, en sucesivos baños, conseguir que el material quedara razonablemente limpio.
.
Una vez secas las fibras, se cardan manualmente con la ayuda de las cardas de mano.
.
Una vez cardada la lana, se procede al tinte. Para ello, se dispone un gran caldero al fuego, con pocas excepciones con la adición de un mordente (cremor tártaro o alumbre de potasio) que ayude a la fijación del color a las fibras.
Una vez seca la lana, se puede proceder, en caso de fibras largas al hilado, y en caso de fibras cortas, a su enfieltrado, con ayuda de jabón de marsella, agua y masajes circulares que ayuden a las fibras a entretejerse, como en este sencillo ejemplo:
.
Después de una temporada con Katja, ya había conseguido un contacto para proseguir mi aventura. ¡Una finca ecológica!